Madrugada del 29 de Octubre. Otra más de una primavera muy lluviosa. Un fuerte temporal se desata sobre la Ciudad y buena parte del conurbano bonaerense.
Los registros indican que en tres horas cayeron  63,5 mm y hacia las 9, el total de las precipitaciones sumaban 87,4 mm.
Como resultado de las intensas lluvias quedaron como los más afectados los barrios de Belgrano, la Boca y Nuñez. En menor medida le siguieron Caballito, Parque Chacabuco, Villa Ortuzar, Villa Pueyrredón, Villa Soldati, Lugano y Mataderos.
La magnitud de los daños materiales, en la Ciudad, tuvieron su epicentro en el barrio de Belgrano, en lo que ya es tradicionalmente la esquina de las inundaciones:la avenida Cabildo y Blanco Encalada y sus adyacencias, aunque en esta oportunidad hubo importantes y nuevos anegamientos en calles de Belgrano R, que mostraban las imágenes de automóviles cubiertos por las aguas hasta una altura cercana al metro sobre el nivel de la calle.
Ante esta nueva muestra del cambio climático que se observa en todo el mundo y del cual no somos ajenos, vale hacer un análisis de los alcances del fenómeno climatológico en el ámbito de la Ciudad.
En este sentido la administración macrista ha hecho de las obras del arroyo Maldonado, uno de sus principales logros en cuanto a la realización de obras públicas, en especial, las que tienen que ver con la lucha contra las inundaciones.
De los reportes conocidos, surge que las zonas que recorren la traza del Maldonado - Palermo, Villa Crespo, La Paternal -, tradicionales epicentros de las inundaciones -han quedado fuera de las zonas afectadas, con lo cual debiera concluirse que el sistema adoptado para el drenaje de las aguas de la cuenca del arrroyo ha cumplido satisfactoriamente y zonas normalmente críticas, han quedado fuera del mapa de las inundaciones.
No ha sucedido lo mismo, con la zona de Belgrano y Nuñez, lindantes con la traza del arroyo Vega, cuyas obras se desarrollan con bastante lentitud y sobre las cuales el gobierno de la Ciudad, acusa al Nacional de retacear los avales necearios para acceder a créditos internacionales que permitan la conclusión de otra obra hidráulica de real importancia, en especial para la zona norte de la Ciudad.
Pero, no sólo el cambio climático, con sus fuertes precipaciones son causales de las inundaciones.
En esta oportunidad, por ser fin de semana, tal vez no estuvieran tan alertas las dotaciones encargadas del control de sumideros, pero tampoco se aprecia la colaboración de los vecinos. Cientos de bolsas de residuos navegaban a la deriva en las calles inundadas con lo cual el  escurrimiento de las aguas debía soportar otro problema adicional.
Por fin, la conclusión es: que las obras del Maldonado, superaron una prueba importante; que se requiere la urgente implementación de un plan de obras para el arroyo Vega y la concientización vecinal para el control de los residuos cuando la amenaza de lluvias esté latente.
Por suerte, para los vecinos, esta vez Palermo no fue noticia.