Hidrógeno verde, la gran apuesta
Sebastián D. Penellispenelli@ambito.com.ar
En 2050 el hidrógeno podría representar casi una quinta parte de la energía total consumida a nivel mundial. Los líderes mundiales en hidrógeno verde se unieron en la iniciativa Green Hydrogen Catapult, con el ambicioso objetivo de impulsar 50 veces la producción durante los próximos años. Se estima que en los próximos cinco, la producción de hidrógeno aumentará un 5.000%.
En Wall Street tres acciones brillaron en 2020, con ganancias de hasta 760%: son las productoras de hidrógeno Plug Power Inc. (NASDAQ: PLUG), Bloom Energy Corporation (NASDAQ: BE) y Ballard Power Systems (NASDAQ: BLDP).
China y Japón protagonizan la carrera por la construcción de la planta de hidrógeno más grande del mundo. Los japoneses planean reconvertir Fukushima. Los chinos ya trabajan en la utilización de una planta de energía solar de 200 MW para llegar a producir 160 millones de metros cúbicos de hidrógeno al año.
En los países de América Latina, los proyectos de hidrógeno para producir combustibles verdes ya son una realidad. Siemens Energy anunció días atrás el desarrollo del proyecto Haru Oni en el sur de Chile con fondos públicos del Gobierno alemán. Prevén producir 130.000 litros de e-fuel en una primera etapa, e incrementará a unos 55 millones de litros anuales para el 2024 y 550 millones hacia 2026. Pero no solo Chile tiene potencial.
Según reveló Javier Pastorino, gerente general de Siemens Energy Argentina, Chile y Uruguay, nuestro país tiene un enorme potencial para desarrollar combustibles verdes a gran escala y a precios competitivos internacionalmente. “Si Argentina no quiere perder este tren, el momento de trabajar con compromiso es hoy”, subrayó.
Periodista: ¿Cuál es su visión respecto del hidrógeno verde y combustibles derivados?
Javier Pastorino: Una de las claves para hacer frente al desafío del cambio climático, y avanzar en el proceso de descarbonización del planeta, es ampliar el parque de energías renovables y avanzar hacia el concepto de “acoplamiento sectorial”, que propone integrar estas energías limpias en sectores tales como la industria, la energía y la movilidad, con soluciones que utilicen hidrógeno verde. Este tipo de hidrógeno será un elemento clave en la transición energética hacia una matriz limpia y sostenible y jugará un rol protagónico en los sistemas de energía del mañana.
P.: ¿Qué ventajas tiene?
J.P.: El mundo necesita desarrollar el hidrógeno verde y los e-fuels en el mediano y largo plazo. Ellos presentan ventajas por su mínimo impacto ambiental, su buena capacidad de almacenamiento y sus efectos sinérgicos, al permitir acoplar sectores como el eléctrico y de transporte, entre otros.
P.: Es la gran revolución de la industria automotriz…
J.P.: Más allá de los avances que se están observando en materia de movilidad eléctrica, pensemos que en el mundo hay millones de automóviles circulando con motores de combustión interna, los cuales tienen aún una larga vida por delante. Si queremos proteger al medio ambiente, debemos encontrar una solución a esta realidad, y el uso de e-fuels en motores de combustión convencional es una de las posibles soluciones para reducir las emisiones del sector de movilidad.
P.: ¿Cómo se producen los e-fuels?
J.P.: A partir de la electricidad proveniente de fuentes renovables, por ejemplo eólica o solar, se separa el agua a través de un proceso de electrólisis, obteniendo oxígeno e hidrógeno. En un segundo paso, este hidrógeno es combinado con dióxido de carbono capturado del ambiente. Los productos sintéticos resultantes, luego de procesarse, pueden ser metanol sintético, diésel sintético, gasolina sintética, kerosene sintético, entre otros.
P.: ¿Qué perspectiva tienen los combustibles verdes?
J.P.: Solo a modo de ejemplo es importante recordar que, aun en el escenario más optimista, 70% de los vehículos en Alemania serán todavía propulsados por motores de combustión interna al 2030. Esa población requiere de una alternativa para contribuir con la protección del medio ambiente. Y este escenario se replica en mayor o menor medida en todos los países del mundo, lo cual nos da una idea de la magnitud de este mercado de e-fuels.
P.: ¿Qué otros beneficios ofrecen los e-fuels?
J.P.: Por un lado, pueden producirse en cantidades virtualmente ilimitadas, y comparados con los combustibles convencionales (como la gasolina y el diésel) son por supuesto mucho más amigables con el medio ambiente. Otra ventaja no menor es que pueden usarse en los vehículos actuales de combustión interna, y la distribución puede realizarse aprovechando las infraestructuras existentes, por ejemplo, gasolineras.
P.: ¿Qué oportunidad representan el hidrógeno y los e-fuels para la Argentina?
J.P.: Los combustibles amigables con el medio ambiente pueden hacer una enorme contribución al objetivo de reducción de emisiones globales de dióxido de carbono y ellos se transformarán en pocos años en los nuevos “commodities” de exportación. Desde el punto de vista de la cantidad y calidad de los recursos naturales disponibles, por ejemplo el viento y el sol, la Argentina está entre los países que podrían potencialmente producir hidrógeno y e-fuels en gran escala y a precios muy competitivos internacionalmente.
P.: Hoy todavía es costoso producirlos…
J.P.: Estos costos mejorarán en los próximos años, por lo que esta industria de los e-fuels permitirá atraer inversiones, generar empleo y ampliar sustancialmente nuestras exportaciones, diversificando nuestra matriz exportadora.
P.: ¿Qué falta para poner en marcha la producción de e-fuels definitivamente?
J.P.: En los próximos años se irá definiendo quiénes son los principales players en esta futura economía del hidrógeno, por lo cual es necesario entender que, si Argentina no quiere perder este tren, el momento de trabajar con compromiso es hoy. Por ello es muy importante generar conciencia y seguir impulsando esta temática, de modo que la sociedad, el Estado, la academia, el sector privado y todos los involucrados estén convencidos y trabajen en conjunto en pos de esta oportunidad.
P.: ¿Qué proyecto de hidrógeno tiene Siemens?
J.P.: Días atrás se anunció el apoyo económico del Gobierno alemán para facilitar el desarrollo de un emprendimiento de la empresa Andes Mining & Energy en el sur de Chile. Este proyecto, conocido como Haru Oni, promete convertirse en icónico, demostrando al mundo el potencial real del hidrógeno como vector clave en el imprescindible proceso de descarbonización del planeta. Como co-desarrollador e integrador de sistemas en este proyecto, Siemens Energy junto con el fabricante de autos deportivos Porsche y un grupo de importantes compañías internacionales, planea que este proyecto sea la primera planta integrada, comercial, a escala industrial del mundo para producir combustibles sintéticos amigables con el medio ambiente (e-Fuels).
P.: ¿Por qué se eligió Chile?
J.P.: El potencial de generación eléctrica a partir de renovables de Chile supera ampliamente la actual y futura demanda proyectada del país