El detrás de los delivery
Las caras ocultas del delivery: el negocio y la precariedad laboral
NU sacó a la luz a través de varias entrevistas la situación comercial de las empresas y de los trabajadores del rubro.
Un grupo de amigos se juntan un sábado a la noche. Una simple reunión se transforma en una fiesta. De repente, el Dios Baco anuncia que ya no hay más alcohol. Son las dos de la mañana. Y no hay ningún supermercado, ni kiosco abiertos. El show tiene que continuar. ¿Pero cómo? La desesperación dura poco. En sus propias manos tienen la solución: pedir a través de una aplicación. Eligen. Piden. Esperan. Y lo reciben. Misión cumplida. Los invitados buscan su próxima copa y el repartidor, su próximo viaje.
¿Alguna vez nos preguntamos qué ocurre del otro lado? Noticias Urbanas decidió hacerlo y se puso en contacto con el Sindicato de Base de Trabajadores de Reparto por Aplicación (SITRAREPA), el primero de la Argentina. Este sindicato nació en una de las épocas más oscuras del último tiempo: la pandemia por el virus Covid-19. Nadie se va a olvidar del día en que el presidente Alberto Fernández anunció una cuarentena de dos semanas que terminó siendo la más larga del mundo. En un contexto donde los comercios estaban cerrados y la circulación estaba prohibida, las aplicaciones de delivery fueron un oasis. Para los restaurantes que ya no podían abrir sus puertas, fue una manera de seguir funcionando. Y para los ciudadanos que no podían salir, una salvación. Pero lo que es el tesoro para algunos, para otros es una desdicha.
«Los trabajadores y trabajadores del reparto estaban en las calles solos y sin ningún tipo de contención ni por parte de las empresas, ni por parte del gobierno», explicó a NU la secretaria adjunta de SITRAREPA, Belén, que le pidió a este medio no mencionar su apellido por la posible represalia de las empresas. Durante la cuarentena, los repartidores eran considerados trabajadores esenciales. Sin embargo, como sostienen desde el sindicato, estaban librados a su propia suerte. La solidaridad que surgió entre compañeros fue la clave para organizarse de forma colectiva. La primera acción que SITRAREPA llevó a cabo fueron «Las Paradas Solidarias».
«Estas paradas nos permitían compartir experiencias para saber qué hacer para mejorar nuestra situación», sostuvo la Secretaria Adjunta. «Además, organizamos paros que fueron acompaños por activistas a nivel nacional, pero también internacional», agregó. Asimismo, relatan que llevaron a cabo movilizaciones de gran escala. Pero ahí se encontraron con un panorama aún mas desesperanzador. «Primero, nos movilizamos a las puertas de las empresas y ahí, nos dimos cuenta de que son empresas fantasmas ya que nadie salía a respondernos», sostienen desde el sindicato. «Más tarde, fuimos al Ministerio de Trabajo de la Nación con un pliego de reclamos donde nos dijeron básicamente que no eran competentes porque no éramos trabajadores y no teníamos una representación gremial», afirmaron.
NU indagó sobre el listado de demandas. Según el sindicato, para que un repartidor llegue a un sueldo de $80.000 mensuales debe trabajar como mínimo ocho horas diarias, seis días a la semana. Y según sostienen, ni siquiera se puede definir como un salario. «Nosotros recibimos un pago por tarea realizada. Y ese dinero depende de la cantidad de pedidos que hacemos y también de las métricas o, como lo llamamos nosotros, ‘La Tiranía del Algoritmo’», afirman desde SITRAREPA.
Con respecto a sus condiciones de contrato, los miembros del sindicato sostienen que están en una situación de precariedad absoluta. «Nosotros somos monotributistas y pagamos los impuestos que estas empresas no pagan. Las plataformas no están encuadradas en la Ley de Trabajo», sostiene la Secretaria Adjunta. Según explica, las empresas construyeron la figura de ˂Colaborador ˃ lo que niega su condición de trabajadores. Esto significa que no tienen seguro, ni vacaciones pagas, ni jubilación. «Nos movilizamos más de cinco veces al Ministerio de Trabajo de la Nación y todavía no conseguimos el reconocimiento que pedimos y merecemos», sostienen desde el sindicato.
¿Pero hay alguna explicación, por fuera de las teorías marxistas, de por qué estas empresas se manejan de esta forma? NU dialogó Jonatán Loidi, economista y CEO de Gruposet, una de las consultoras más importantes de América Latina. Según explica, las empresas de delivery se las llaman «Empresas de Intermediación».
«Básicamente, estas plataformas unen puntos», sostuvo Loidi. «Unen a una persona que quiere vender un servicio o un bien con una que quiere comprarlo. La diferencia con cualquier otro tipo de transacción es que estas aplicaciones le aseguran seguridad», agregó el economista. A diferencia de lo que uno suele creer, según explica Loidi, este tipo de empresas raramente logran obtener rentabilidad. En febrero de este año, la Cámara de Comercio de Colombia, país donde nació Rappi, publicó un informe sobre las startups. Según el informe, del listado de 100 empresas, Rappi es una de las que más generan dinero. Sin embargo, el EBITDA -indicador que mide la capacidad operativa de una empresa- dio negativo. Esta contradictoria condición hace que estos startups estén siempre en la mira. «Por más que sean importantes y muevan mucho dinero y estén en todos lados, no siempre generan rentabilidad y se transforman más en un negocio financiero», sostuvo Loidi.
Delivery Hero, la empresa de entrega multinacional con base en Berlín y que controla a PedidosYa, no es la excepción. Según el portal Yahoo Finance, a fines del 2019 las acciones de DeliveryHero tenían un valor cercano a 50 dólares. Durante los próximos años, percibieron un crecimiento no lineal que rondó en los 120 dólares por acción. No obstante, ese valor cayó estrepitosamente y hoy está en 30 dólares. Según explican, esto se debe a la gran cantidad de pasivos que este tipo de empresas tienen. «Estas empresas necesitan financiación para poder existir», sostiene Loidi. «La situación actual ha empeorado con la suba de las tasas del Banco Central de Estados Unidos (FED). Esto encarece el valor del dinero. Por lo tanto, cada vez es más caro endeudarse. Esto afecta directamente en el desempeño de estas compañías», asegura Loidi.
En este contexto, el Estado debe dar un paso adelante. La exlegisladora de Juntos por el Cambio, Cristina García presentó en el 2020 un proyecto que regule el Servicio de Mensajería Urbana y Reparto a Domicilio de Sustancias Alimenticias. NU conversó con García y contó que esta ley surgió porque era necesario readecuar la normativa vigente en ese momento (Ley 5526) ya que no contemplaba a las aplicaciones/plataformas. «La ley busca mejorar la seguridad vial de los repartidores y sus medidas de protección; establece reglas claras de circulación y de seguridad y prevé sanciones para la buena convivencia del servicio dentro del sistema de movilidad urbana en la Ciudad», sostuvo García. Como consecuencia de esta nueva legislación, se creó el Registro Único de Transporte de Mensajería Urbana y/o Reparto a Domicilio de Sustancia Alimenticias (RUTRAMUR) que habilita a quien se inscriba a realizar esta actividad. «Se establecieron capacitaciones obligatorias en seguridad vial para los repartidores y/o mensajeros», aseguró García. «En estas capacitaciones, se habló de la provisión de elementos de seguridad vial por parte de las aplicaciones (como casco e indumentaria reflectiva) y sanciones específicas para quienes no lo cumplan como así también para las aplicaciones; seguros para los repartidores provistos por las aplicaciones y prestadores de servicio; y la prohibición de acciones que atentan en contra de la seguridad vial de repartidores y vecinos (como el envío de mensajes/alertas que impliquen la manipulación del celular al momento del envío)», agregó la ex legisladora y actual Gerente Comercial de BASubte.
Este tipo de iniciativas son necesarias, pero no suficientes. «Esta es una pelea a nivel nacional e internacional», sostienen desde SITRAREPA, que hoy cuentan con más de 2000 afiliados en todo el país. «Somos parte de una experiencia mundial. Fuimos invitados a participar como delegados del Tercer Foro de Alternativas a la Uberización que se organizó en Bruselas. Todos coincidimos en que es fundamental la organización desde abajo, pero también el rol del Estado», argumenta la Secretaria Adjunta del sindicato.
En una de las crisis económicas más graves que tuvo la Argentina, sumada a uno de los ajustes más grandes de los últimos tiempos, las personas desempleadas encuentran una salida en estas plataformas. A los argentinos desamparados, se les suman los extranjeros que migran en condiciones de mucha vulnerabilidad y desesperación. Atrapados en un limbo, los repartidores trabajan todos los días para subsistir. Pero la falta de normas que los amparen, es la trampa que los enfrenta a situaciones de precariedad e incluso la muerte, como el caso de Edgar Zapata. Este lado de la moneda se oscurece más con el modelo de negocio con el cual operan estas empresas, en donde las grandes sumas de dinero que ingresan se ven opacadas por las deudas. En este contexto, es imperante una legislación a nivel laboral, como también financiera