Los tradicionales sorteos de quiniela y loterías
Los tradicionales sorteos de quiniela y loterías, en todas sus variantes; podrían sufrir una transformación total, como consecuencia de la intención del gobierno de la Ciudad, materializada en llamados a licitación para cambiar el sistema de apuestas más popular del país.
Amén de los proyectos que otrora se habían pactado mediante acuerdos realizados entre María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta para legalizar el juego online duraron mientras la ex gobernadora estuvo a cargo de la Provincia. Tras su partida, el distrito capitalino decidió avanzar por su cuenta para comenzar a cobrar impuestos a las plataformas.
De esta manera, los bolilleros de la quiniela, los niños cantores, las transmisiones en vivo de los sorteos y toda la liturgia de una tradición que lleva varias décadas en la Argentina podrían pasar a la historia.
En un proyecto inicial, LOTBA, la Sociedad del Estado, que se creó para asumir las competencias que ejercía la ex Lotería Nacional, propone la incorporación de dos computadoras con el hardware y software necesarios para registrar todas las apuestas y realizar sorteos automáticos RNG (Random Number Generator).
En términos prácticos, la adquisición de estas terminales permitiría reemplazar los sorteos, tal como se vienen realizando en la actualidad, Codiv.19 mediante; por un proceso automatizado que en milésimas de segundo informará los números ganadores y la cantidad de aciertos, informó oportunamente Infobae. Un operador va a apretar un botón y en menos de cinco segundos se conocen los números ganadores de cada sorteo. También habrá modificaciones en procesos que suelen ser invisibles para los apostadores pero que son vitales para garantizar la transparencia del sistema. Para entender la gravedad de esta situación, hay que remontarse hasta los años 90, cuando se eliminaron las tarjetas por un sistema de captación online interconectados. Hasta ese momento, había algunos vacíos que permitían fraudes escandalosos como, por ejemplo; ingresar apuestas luego que se conocieran los números ganadores.
Por estos tiempos, el gobierno de la Ciudad, promueve la aceleración de la implementación de las apuestas online y en tal sentido, solicitó a la Legislatura porteña la habilitación de licencias para juegos online a empresas y particulares
El juego online es una de las cuestiones que más rispideces causó al interior del PRO. Daniel Mautone, socio de su tocayo Angelici en varios bingos, era uno de los empresarios que se había inscripto para obtener una licencia de juego en la Provincia. Se había mencionado también a Fabián Rodríguez Simón y Mario Quintana, dos de las personas más cercanas a Mauricio Macri como interesados.
La disputa terminó saldándose en favor de los que planteaban que si no lo reglamentaban, las empresas iban a seguir funcionando sin tributar al fisco.
Por eso la Ciudad estableció un cronograma para que los interesados en lanzar plataformas se registraran. Lotba, el ente que administra los juegos de azar, es el encargado de aprobar los pliegos que se presenten
APHARA, el gremio que encuadra a los trabajadores de los hipódromos, entró en estado de alerta porque aseguran que el gobierno estableció condiciones que a la larga terminarán liquidando al «juego físico» que encarnan el Hipódromo de Palermo y los casinos flotantes de Puerto Madero.
«Si se reduce un 20% el juego físico, la planta de empleados va a caer un 20 0 30%. Son 540 puestos de trabajo en la Ciudad, pero el resto queda en una situación débil. Porque no bajan los cánones a las empresas de juego físico y el riesgo termina siendo para todos: están en jaque los 2000 puestos de trabajo», explicó el titular de APHARA, Diego Quiroga.
«El juego físico tiene el doble de carga tributaria que el online. Hoy tiene un gravamen del 76%: se estrecha la rentabilidad de las empresas de juego físico y les conviene pasar al online. Es una competencia totalmente desleal, pues tiene una estructura de funcionamiento completamente distinta. Y pueden llegar a dejar 1970 personas en la calle», agregó Quiroga.
En 2018, cuando el parlamento capitalino avanzó con la modificación de la reglamentación para habilitar los juegos online, se trataba de un negocio de más de 6000 millones de pesos de los que la Ciudad podría llegar a recaudar alrededor de 350 millones, un 5,83% del total, cifra que varios opositores consideraron irrisoria, sobre todo por el daño que puede causar.