Monotributistas acorralados
Para los 3,6 millones de monotributistas el próximo 20 de enero se vence el plazo para la recategorización y no habrá postergación. Sin actualización en las escalas, incluso quienes hayan perdido frente a la inflación solo por tener una mayor facturación en términos nominales deberán cambiar de escala, y en muchos casos, directamente de régimen, lo que implica pagar hasta un 895% más de impuestos de un año para el otro.
En el caso de los contribuyentes de la categoría K, el salto en la escala implica directamente saltar al régimen general, es decir, pasar a ser Autónomos. En algunos casos, la recategorización la hace la Afip de forma automática excluyendo a los contribuyentes del régimen simplificado y en otros la hace el contribuyente voluntariamente. Pero no hace falta estar tan arriba en la escala, incluso un contribuyente que esté en el escalón H con un aumento del 12% de su facturación por encima de la inflación queda fuera del monotributo sin actualización de escalas.
Formalmente, la AFIP no tiene herramientas para actualizar las escalas como sí las tenía antes de 2017, cuando el Congreso votó la ley 27.430. Desde entonces el cambio en las escalas quedó atado a la movilidad jubilatoria. Tras su congelamiento, la AFIP exceptuó del salto automático del régimen simplificado al general a 18 mil contribuyentes. Y para ellos -y los que también queden al límite de facturación entre un régimen y otro- propone con un nuevo proyecto de Ley una instancia intermedia con un ahorro de casi $900 mil de impuestos por cuatro años.
Un contribuyente en la escala K actualmente paga $14.700 por mes y al pasar a Autónomos actualmente debe pagar $942.000 al año por haber mantenido su nivel de facturación en pesos, un aumento del 434%. Para un comerciante de la escala H que aumentó su facturación un 20%, podría también salirse del régimen, dejar de pagar $94.637 al año y pasar a pagar arriba de $942.100, es decir un 895% más. De sancionarse la nueva ley con la redacción actual, este contribuyente podría mantenerse en el monotributo pagando un adicional de casi $35.000 por cuatro años -sobre los $14.700 mensuales- gracias a un «ahorro» de $907.000 en forma de crédito fiscal por IVA y Ganancias.
Mientras que un monotributista también de categoría H que presta servicios y está registrado en la categoría H que durante 2020 facturó un 40% más que el tope máximo, debería pasar a pagar una suma cercana a los $1.136.000 anuales. «Las modificaciones propuestas le permitirán que la transición sea más armónica ya que podrá computar parte de sus gastos a cuenta de IVA y Ganancias de manera que terminaría abonando $649.900. El proyecto de ley representará un ‘ahorro’ de unos $487.000», ejemplificaron desde la Afip.
De esta forma, los 18 mil contribuyentes que quedaron en el limbo entre el régimen simplificado y el general podrán elegir si seguir en el monotributo y enfrentar una pago adicional o bien pasar al régimen general y hacer uso de ese ahorro. Esta opción también será válida para otros contribuyentes siempre y cuando el exceso sobre el límite de facturación sobre la categoría máxima no sea mayor al 50%.
«De haber querido, podrían haber pensado en el momento del congelamiento de las jubilaciones en alguna forma de actualización o exención para el monotributista, un aumento en los límites de cada categoría sin aumentar las cuotas o bien una corrección de suma fija como se les dio a los jubilados. Que no se actualicen las tablas no le conviene a nadie, menos a la Afip y a la Anses, porque lo que se promueve es la subfacturación», dijo a LPO el contador y tributarista Iván Sasovsky, experto en Fiscalidad Internacional por la Universidad de Santiago de Compostela.
Que no se actualicen las tablas no le conviene a nadie, menos a la Afip y a la Anses, porque lo que se promueve es la subfacturación
«Incluso si se actualizara por inflación, para algunos sectores no sería un reflejo de su realidad porque parte de los precios que componen el IPC están planchados como el transporte, mientras que la comida subió mucho más. Entonces para un verdulero, la actualización de su tope de facturación por la inflación del Indec, no refleja su realidad. El problema de fondo es que el monotributo nació para darles un marco tributario a los contratados del Estado y no está pensado para el pequeño comerciante o el prestador de servicios, si no, seguiría una lógica comercial», agregó.
En el Gobierno remarcan que lo positivo del proyecto de ley viene a resolver el problema del «puente» entre un régimen y otro y creen que los cuestionamientos por la falta de actualización podría haberse dado también en julio -cuando es la otra actualización semestral- o en cualquier otro momento. A la vez, enfatizan que la agenda legislativa estuvo muy golpeada por la pandemia y así y todo este «puente» que es un pendiente de larga data está teniendo una primera respuesta. » Buscamos subsanar un problema estructural y que el salto ese sea más armónico», dijeron a este medio.
De todas formas, y aunque uno sea consecuencia del otro, el puente para amortiguar el salto de régimen no soluciona la falta de actualización de las escalas para quienes permanecen en el monotributo. Tampoco revierte la tendencia a la expulsión de los contribuyentes del régimen simplificado a uno más engorroso, complejo y, sobre todo, mucho más costoso.
El monotributo, durante los años ’90 tenía un tope de 100 mil pesos, equivalente a 100 mil dólares y actualmente representa solo 17.400 dólares por los atrasos progresivos en la actualización de las escalas, detalló la consultora Focus Market. De esta forma, con el correr de los años la brecha entre regímenes se fue ampliando y hoy el tope es de $2.609.240,69 para la comercialización de bienes y de $1.739.493,79 para la prestación de servicios. «Hoy el régimen debería tener un tope actualizado por un mix entre inflación y evolución de la devaluación del peso frente al dólar, a la fecha de no menos de 12 millones de pesos», señaló el informe de la consultora.
«El mayor perjuicio en la recategorización es para el que deba pasarse al régimen general, porque luego, por tres años no puede volver al monotributo y las diferencias son muy grandes. Insisto en que se podría haber pensado en una forma de actualización de emergencia incluso si son facultad del Legislativo porque las exenciones en favor del contribuyente históricamente no han tenido oposición judicial», concluyó Sasovsky.
Es que incluso si en los siguientes años la mipyme pierde o su facturación vuelve a estar dentro de los parámetros del monotributo-una vez que se determine una nueva fórmula de actualización de las escalas- tiene vedado el regreso al régimen simplificado hasta 2024
Fuente informativa. lapoliticaonline