ATUCHA II, logro de la ingeniería nacional
Atucha II vuelve a funcionar gracias a ingenieros argentinos
Las tareas de reparación, 100% ingeniería local, se encuentra en la fase final. Empresas extranjeras pedían USD 300 millones. LPO visitó la planta done se explicó como se redujo 100 veces el costo del arreglo.
LPO
La falla técnica del reactor de la Central Nuclear Atucha II se detectó durante las inspecciones de rutina realizadas en octubre del año pasado. Uno de los cuatro soportes internos del reactor se había desprendido y desplazado de su lugar de diseño. Desde ese momento la planta se mantiene en parada.
Esta falla mecánica en Atucha II no tuvo ninguna incidencia en el apagón de marzo de este año cuando se buscó instalar como responsable a la central atómica. En los hechos fue Atucha I la que salió del sistema interconectado de forma preventiva en parada segura, tal como hicieron Central Puerto y Central Costanera.
Luego de detectar la falla, se creó un equipo interdisciplinario. Mediante estudios mecánicos, hidráulicos y el análisis de documental, se realizó un diagnóstico de la situación.
«Las empresas extranjeras que consultamos proponían reparar la pieza fuera del tanque de 14 metros de profundidad que la contiene a resguardo dentro del reactor, con lo cual había que extraerla. El costo estimado para esta reparación oscilaba entre los 200 y los 300 millones de dólares, por los requerimientos en materia de seguridad que son sumamente costosos», contó a LPO uno de los ingenieros de Atucha, durante una visita a la planta.
«Los tiempos de reparación planteados eran excesivos. Poner de nuevo en actividad el reactor iba a demorar dos años», agregó el ingeniero.
Con este panorama, la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina (NaSa) que administra las centrales atómicas, consideró analizar las propuestas de sus propios cuadros técnicos. Finalmente se resolvió avanzar con la propuesta de ingeniería local, que incluyó fabricar las herramientas necesarias para soldar la pieza sin necesidad de extraerla.
«Al no tener que extraer la pieza se redujeron al mínimo los costos derivados de la seguridad nuclear. Eliminamos el riesgo de radiación conservando la pieza dentro del tanque de protección» preciso a LPO uno de los ingenieros que participa en la reparación del reactor.
Fue así que mediante la intervención de múltiples sectores de la empresa, se diseñaron todas las herramientas necesarias para realizar el procedimiento, entre las que se encuentran la herramienta de corte, base de corte, herramienta de sujeción, pinza de agarre, el diseño de un canasto para apoyar la pieza dentro del tanque y el diseño de una herramienta de iluminación y visión para poder monitorear la maniobra.
También fue necesario desarrollar una herramienta y un método de soldadura bajo presión para soldar preventivamente los tres separadores restantes que no se desprendieron.
Para poder llevar a cabo la construcción de la herramienta de corte, el desarrollo del proceso de corte por electroerosión y el método de soldadura bajo presión se trabajó en conjunto con dos proveedores nacionales.
Ahora bien, esta alternativa de desarrollo local redujo más de 100 veces el costo de propuesto por empresas extranjeras. Pero además, se redujeron drásticamente los tiempos. Según el cronograma previsto Atucha II retomará la actividad en julio de este año.
Las tres centrales nucleares, Atucha I, Atucha II y Embalse tiene una potencia instalada total de 1763 MW.
La energía nuclear contribuye al cuidado del medioambiente por su competitividad y reducción de emisiones de CO2. Esta fuente de energía no genera gases ni partículas causantes del efecto invernadero en su proceso productivo, lo que ayuda a combatir uno de los principales responsables del cambio climático.
Además de operar las plantas y comercializar en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) la energía producida, Nucleoeléctrica está a cargo del gerenciamiento de proyectos que aseguren la operación segura y confiable de sus instalaciones, así como también de aquellos que tengan por objetivo la eventual construcción de futuras centrales nucleares, como la demorada cuarta central de Atucha que ofreció financiar China.
Entre los proyectos en marcha, se destacan la extensión de vida de Atucha I y el proyecto de almacenamiento en seco de elementos combustibles gastados.
La licencia de operación para Atucha I emitida por la Autoridad Regulatoria Nuclear finaliza en 2024, marcando el final de su primer ciclo de vida útil. La parada de reacondicionamiento tendrá una duración de treinta meses a realizarse entre 2024 y 2026 e implica una inversión de USD 450 millones, la creación de 2.000 puestos de trabajo directo e indirecto y la generación de oportunidades para proveedores nacionales calificados para las tareas de construcción y fabricación de componentes.
La operación continua de las centrales nucleares requiere aumentar la capacidad de almacenamiento de elementos combustibles gastados, para lo cual se planifica la construcción de un nuevo repositorio. La obra se inició en 2023 y finalizará en 2026 con un costo estimado de 137 MM USD. El desarrollo de la ingeniaría del proyecto es 100% argentino y el 90 % de los bienes y servicios serán de procedencia nacional.
A mediados de 2022, Nucleoeléctrica concluyó la obra del Almacenamiento en Seco de Elementos Combustibles Gastados en la Central Nuclear Atucha I (ASECG I) un proyecto de ingeniería clave para la continuidad de operación de esa instalación