China: el Covid-19 reaparece en Pekín
“De acuerdo con los requisitos de la campaña de prevención y control de la covid-19, Pekín llevará a cabo pruebas de coronavirus a quienes hayan estado en el mercado de abastos de Xinfadi en algún momento desde el 30 de mayo o haya tenido contacto con alguno de sus trabajadores. Si es su caso, le rogamos que lo notifique a su comité vecinal, coopere y acuda a los centros designados para someterse a una prueba”.
Este mensaje, con pequeñas variaciones, ha llegado este domingo a todos los hogares de Pekín, sea a través de llamadas telefónicas, SMS, grupos de redes sociales o, en algunos casos, mediante visitas a domicilio de funcionarios de los comités vecinales, los organismos encargados de aplicar las órdenes del gobierno en cada barrio. La preocupación de las autoridades, que este domingo convocaban dos ruedas de prensa para informar de la situación, es palpable: el brote de coronavirus descubierto esta semana en el mercado de Xinfadi afecta ya a 51 personas, después de que el sábado se confirmaran 36 casos y este domingo, al menos otros ocho, despertando el temor a que pueda darse una segunda oleada del virus en un país que había tomado algunas de las medidas más duras del mundo para poner al patógeno bajo control.
“Pekín ha entrado en un periodo extraordinario”, ha declarado el portavoz del gobierno municipal, Xu Hejian, en la primera de las ruedas de prensa de la jornada. Horas antes, los funcionarios del distrito de Fengtai, donde se encuentra el mercado ahora cerrado, habían declarado que el área quedaba “en pie de guerra” contra el virus, detectado cuando la capital empezaba a respirar, después de 55 días sin casos confirmados.
El brote ya ha alcanzado otras provincias: la de Liaoning, en el noreste, ha confirmado dos infecciones relacionadas con el mercado. Varias provincias han impuesto cuarentenas de 14 días a quienes lleguen de los distritos afectados de Pekín, y algunas ciudades recomiendan a sus residentes no desplazarse a la capital por el momento si no es estrictamente necesario. La desazón se nota también en las calles de la capital, por alejadas que estén físicamente de la zona del foco: vuelven a ser ubicuas las mascarillas, después de una semana en la que se rebajó el nivel de alerta y ya no eran obligatorias en la calle. Han regresado, más rigurosos que nunca, los controles de temperatura a la entrada de lugares públicos y complejos residenciales. El nuevo brote es el tema dominante en conversaciones y redes sociales.
En un foco que guarda similitudes con el de Wuhan —ambos han comenzado en un mercado de alimentación—, la prioridad absoluta es evitar los errores que se cometieron entonces, cuando los retrasos iniciales en la respuesta permitieron que se propagara la pandemia. Un gran foco en Pekín que obligara a paralizar la capital, o al menos parte de ella, supondría un enorme desafío logístico en una ciudad de 22 millones de habitantes. Por no hablar de un fuerte golpe a la moral nacional, un duro revés para la economía y una “pérdida de cara” para el Gobierno chino, que ha sacado pecho sobre el éxito de su modelo para combatir el virus, frente a otros países desarrollados que han obtenido peores resultados.
“Pekín no se va a convertir en un segundo Wuhan, propagando el virus a muchas otras ciudades del país y necesitando que se ordene un cierre”, ha declarado Zeng Guang, un epidemiólogo gubernamental citado por el periódico Health Times. En su opinión, el brote estará controlado en cuestión de pocos días.
El modo de extirpar el brote de raíz es localizar lo antes posible a quienes hayan podido contagiarse, mediante pruebas masivas y el rastreo de los contactos de los contagiados. Según ha explicado el subdirector del distrito de Fengtai, Zhang Jie, el objetivo es examinar inmediatamente a 46.000 personas, entre residentes de las áreas cercanas al mercado, trabajadores de Xinfadi y sus contactos. Hasta última hora de la tarde del domingo ya se habían efectuado pruebas a 10.880 personas.
El público ha respondido a los llamamientos de inmediato. A lo largo de un día de intenso sol y calor ha sido posible ver largas colas en cualquiera de los 24 puntos habilitados en hospitales y estadios de Fengtai para que los trabajadores sanitarios les tomaran muestras del tejido buconasal.
Huaxiang, el barrio donde se encuentra Xinfadi —irónicamente, el nombre de este mercado puede traducirse como “Lugar del Nuevo Brote”—, ha quedado declarado este domingo como área de máximo riesgo, el único lugar en toda China en ese nivel. Otros siete barrios de la capital han quedado designados áreas de riesgo medio, la mayoría en Fengtai aunque también está incluida la Calle Financiera del distrito de Xicheng, el Wall Street pekinés. Este nivel prevé que los residentes de las áreas afectadas trabajen a distancia y se impongan mayores controles sobre los movimientos.
Se han suspendido diversas convocatorias; la Oficina Nacional de Estadística ha cancelado su encuentro para anunciar datos económicos este lunes; en Fengtai, varias atracciones turísticas y parques han cerrado sus puertas. Están aplazadas las actividades deportivas de este fin de semana, y en todo Pekín se ha pospuesto la vuelta a las clases presenciales, prevista para este lunes, de los alumnos de primeros cursos de primaria.
Al tiempo que se toman estas medidas para evitar la propagación del virus, los expertos del gobierno municipal de Pekín y la Comisión Nacional de Sanidad tratan de establecer cuál ha sido la cadena de transmisión, mediante tecnología de big data para rastrear los movimientos de los infectados y a través de análisis de laboratorio de las muestras del virus, para compararlas con las cepas existentes.
Hasta el momento, subrayan los expertos, no hay nada claro acerca de cuál ha podido ser la fuente del contagio. Entre las muestras tomadas en el mercado, unas 40 contenían trazas del virus, entre ellas las tablas utilizadas para cortar salmón importado en uno de los puestos. Pero según Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del CDC nacional, “no podemos concluir que el salmón sea la fuente de la infección simplemente porque se haya detectado coronavirus en las tablas para cortar el pescado de uno de los vendedores” del mercado.
Según Wu, es posible que el origen sea algún alimento —carne o pescado— contaminado, pero también que quien introdujera el virus en el mercado fuera alguno de sus visitantes. “Cualquier persona u objeto en contacto con esa tabla pudo ser la fuente”, ha indicado. La prensa estatal china, por contra, cita a otro experto, Yang Peng, que apunta que la secuenciación del ADN del virus muestra que el brote pudo llegar de Europa. “Nuestra valoración preliminar es que el virus llegó del exterior. Aún no podemos determinar cómo. Puede que estuviera en carne o pescado contaminados” o que se propagara a partir de los excrementos de gente en el mercado, ha explicado. De momento, caído en desgracia, el salmón ha desaparecido de la oferta de supermercados, restaurantes o algunas de las principales plataformas de venta electrónica de alimentos.
Las autoridades sanitarias de Pekín han ordenado una desinfección a fondo del mercado y han llevado a cabo inspecciones fulminantes en decenas de mercados y supermercados de toda la capital. Hasta el momento, según han indicado, no han encontrado anomalías. Por si parte de la población pudiera querer acaparar alimentos, han asegurado que los suministros están garantizados