Inseguridad: autodefensa de comerciantes
En una nueva Encuesta Mensual de Inseguridad, llevada adelante por la ONG Defendamos Buenos Aires, se abordó exclusivamente la grave problemática derivada de los «robos a comercios»
La reapertura de negocios de la última semana en la Ciudad de Buenos Airesy el Conurbano trajo algo de alivio económico para los comerciantes . Sin embargo, el lado oscuro se relaciona a los más de 1.600 robos que padecieron desde el lunes, en muchos casos con violencia extrema, tal como quedó reflejado en el asalto sufrido por el dueño de una zapatería de Flores, que terminó con el malviviente fallecido en el local y el damnificado con un balazo en la mano, golpes en todo el cuerpo y traumatizado por la situación.
El dato proviene de la Encuesta Mensual de Inseguridad, llevada adelante por la ONG Defendamos Buenos Aires con la asistencia del Estudio Miglino y Abogados, se abordó exclusivamente la grave problemática derivada de los «robos a comercios», es decir desapoderamientos violentos o los intentos en los que intervienen una o más personas con armas; de modo tal que la víctima desarmada, no tiene ningún tipo de defensa.
«Estos robos violentos a negocios que a duras penas abren unas horas en Capital y Provincia, proliferaron sobre todo en la última semana, obligando a los vecinos a poner coto a la situación ante la falta de respuesta policial. La organización vecinal se suma al hartazgo y la violencia de los delincuentes. La semana que pasó, con reapertura de negocios, fue difícil. Por un lado, la posibilidad de ir retomando las actividades, por el otro la gran cantidad de robos. Tiene que estar en la mesa de temas urgentes», dijo el abogado Javier Miglino.
En Isidro Casanova y San Justo los vecinos esperan armados a los ladrones. «Hace unas horas tomó aparecieron pasacalles sobre la Avenida Juan Manuel de Rosas, Ruta 3 (ex Provincias Unidas), sobre la calle Arieta, a la altura de San Justo y sobre las avenidas Cristianía y Marconi en Isidro Casanova que advierten a los ladrones (rastreros), que los vecinos no llamarán a la Policía sino que procederán ellos mismos a eliminar la amenaza. En Ramos Mejía hay un pensamiento vecinal similar y lo mismo ocurre en Lomas de Zamora y el barrio más golpeado, Quilmes. La gente siente que el crimen ha recrudecido y no va a dejar que lo roben impunemente», dijo Miglino.
En Capital Federal las cosas no están mejor. «Los barrios de Belgrano, Nuñez, Palermo y Recoleta atienden sus negocios con las persianas bajas, porque saben que es la única protección ante los delincuentes e incluso los días viernes decidieron cerrar porque justamente ese día, movimientos sociales traen a cientos de cartoneros desde el Conurbano en camiones y colectivos y los desperdigan por las zonas comerciales. Entre esos cartoneros se colan ladrones que simplemente llegan, roban y se van, en la más absoluta impunidad, lo que despierta la ira de los comerciantes, ya muy golpeados por la pandemia», dijo Miglino.