Cohetes argentinos

LIA Aerospace espera lanzar su primer vehículo espacial en 2024. Ofrecerá servicios personalizados a empresas de microsatélites, entre otras Por Sebastián Catalanoscatalano@infobae.com

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Laboratorio de Investigaciones Aeroespaciales. Eso significa LIA, el nombre de la primera fábrica privada de cohetes de la Argentina. ¿Cohetes al espacio en la Argentina de estos día? “¡Sí!”, dicen a coro Dan Etenberg (35, CEO) y Federico Brito (47, COO), quienes van –a nivel local y a escala– detrás del sueño de Elon Musk, el empresario dueño de SpaceX –y de Tesla y fundador de PayPal, entre otras–, la empresa privada estadounidense que este año completó una misión tripulada a la Estación Espacial Internacional.

Los cofundadores de LIA son dos “locos por el espacio”; apasionados por la carrera espacial, pero sobre todo por la física, los sistemas de propulsión, los motores y los combustibles que la hacen posible. Los emprendedores están al frente de una novedosa y pionea empresa con 16 empleados, fondos iniciales de USD 100.000 y un mercado potencial de miles de millones de dólares a nivel global. Ambición y entusiasmo no les falta: esperan que su primer cohete viaje a la órbita baja de la Tierra en 2024, muy posiblemente llevando microsatélites –quizás de Satellogic, la pionera en el mercado satelital local.

“LIA Aerospace surgió como empresa hace poco más de un año, pero nosotros trabajamos juntos en estos temas desde hace más de cinco años, probando sistemas de propulsión y cohetes para poner satélites chicos en órbita. Vamos a dar este servicio para terceros”, resume Brito.

En cuatro años, para fines de 2024, vamos a tener un cohete orbital (Etenberg)

Dan y Federico se conocieron en 2016, por mail. Antes, cada uno por su lado experimentó y estudió mucho. También explotaron varias cosas en el camino: para hacer cohetes hay que exigir motores, probar turbinas y experimentar con combustibles, y las cosas no siempre salen bien. El primero es ingeniero mecánico mecatrónico del ITBA, donde lo bautizaron “El loco turbina”, porque allí probaba sus experimentos con bastante estruendo. Brito, en tanto, estudió en la Universidad de San Martín donde se recibió de licenciado en Enseñanza de las Ciencias. Fabrica cohetes desde los 14 años y tiene amplia experiencia en desarrollos de sistemas propulsados por combustible líquido, básicamente con peróxido de hidrógeno, que se especializó en producir, además.

Los presentaron colegas de Satellogic y el Invap e intercambiaron un par de mensajes digitales. La conexión fue inmediata y se propusieron hacer desde cero un sistema de propulsión completo: un cohete con motor de dos toneladas de empuje, tanques, cañerías, banco de ensayo y planta destiladora de combustible. Lo hicieron en un poco más de año. Probaron, ensayaron y se dieron cuenta de que tenían una empresa. En ese momento nació la idea de LIA Aerospace y el gran desafío: resolver el cuello de botella de este mercado, los lanzadores.

“Hoy en el mundo hay muchos fabricantes de satélites, pero muy pocos fabricantes de cohetes”, asegura Etenberg. “Queremos desarrollar cohetes cada vez más grandes y más complejos para dar servicio de puesta en órbita para satélites. Como una especie de servicio de logística, de transporte al espacio. Tenemos un equipo actual de 16 personas, gran parte con trabajo remoto por el Covid, que complicó mucho todo. Por suerte, hay muchos argentinos que quieren trabajar con nosotros. Gente de las universidades, egresados, técnicos. Incluso algo del exterior. El equipo va a ir creciendo mes a mes”, agrega Brito.

— ¿Cómo es llevar adelante una empresa de este tipo en la Argentina de hoy?

— Brito: Tenemos un gran ecosistema científico. Somos potencia desde México para abajo, con recursos humamos muy capacitados y grandes instituciones. Las crisis y la economía complican, es verdad, pero es algo que estaba pensado cuando comenzamos esta compañía. Hay temas de importación que están pensados para cuestiones estatales y no para empresas, pero esperamos que eso se agilice. Somos pioneros y estamos enfrentando un contexto de negocios inédito. En la gestión anterior, por ejemplo, el ministerio de Producción no sabía quién tenía que darnos permiso de vuelo. Por otro lado, vemos muy buena predisposición de universidades, de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y de la Fuerza Aérea. Y estamos hablando con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). Somos una empresa privada e independiente de acceso al espacio que quiere darle al país una faceta diferente. Podemos convivir todos y potenciarnos. No hay país en el mundo que tenga empresas de desarrollo espacial que no reciban apoyo.

— ¿Los lanzamientos se podrán hacer desde Argentina?

— Brito: Lanzamientos no pueden hacerse desde cualquier parte, pero Argentina tiene una costa muy ventajosa que nos permite acceder a varios planos orbitales. Estamos bien posicionados como lugar de lanzamiento para el espacio. En Europa eso es más complicado porque no siempre se puede pasar por sobre algunos países si se lanza desde otro, por ejemplo.

— ¿Podrían desarrollar cohetes que pongan en órbita los satélites de Satellogic o uno de Arsat, por ejemplo?

— Brito: Depende del peso de los satélites. Los cohetes ya los estamos desarrollando. Estamos armando y probando los motores. A los satélites de Satellogic sí los podríamos poner en órbita. Los más grandes que fabrica Conae no porque son muy pesados. Apuntamos al mercado de satélites más chicos, de entre 10 y 50 kilos, y de no más de 200 kilos. No podemos poner en órbita un satélite de 3 toneladas por ejemplo y no es un mercado que nos interese.

— ¿Cuál es el plan de negocios de LIA?

— Etenberg: Consiste en una serie de etapas que vamos a ir cumpliendo. Cada una con sus hitos, que son básicamente cohetes cada vez más grandes y más potentes. Se trata de cuatro etapas, cada una asociada además a una ronda de inversión que va destinada a la mano de obra, ingeniería, materias primas y las instalaciones. En cuatro años, para fines de 2024, vamos a lanzar al espacio nuestro primer cohete.

— ¿Tienen inversores?

— Etenberg: Sí, un pequeño grupo de inversores ángel que nos invirtió en total unos USD 100.000 para el primer cohete.

— ¿De cuántos millones es el mercado global en el que compiten?

— Brito: Este mercado cambió mucho en los últimos tres años. Se ve una revolución, con precios que van cayendo porque se están incorporando jugadores privados que compiten fuertemente, como SpaceX, la empresa de Musk. En Argentina aparecen empresas que fabrican cubesatsnanosats microsats. En Chile y Brasil, también. En la región somos la empresa privada que hará cohetes de este tipo y reutilizables, además, que puede regresar a la Tierra. Además, usan un combustible que aporta un 60% menos de huella de carbono. Buscamos ser más chiquitos, más dedicados y más flexibles, que el cliente decida cuándo quiere volar y no tenga que ajustarse a un cronograma con condicionamientos externos.

 — Etenberg: Estamos en un mercado global de unos USD 12.000 millones. El crecimiento va a ser exponencial por la cantidad de compañías que están desarrollando satélites y tecnologías que van a necesitar ser lanzadas al espacio en los próximos años. Lo vamos a hacer desde la Argentina.

— ¿Quieren ser el SpaceX argentino?

— Brito: Parecidos… pero a una escala menor. Los cohetes SpaceX son muy grandes. Nosotros queremos hacer cohetes más parecidos a los de RocketLab, más chicos y “simples”. Queremos hacer vuelos frecuentes dedicados al fabricante del satélite, darle facilidades. Para lanzar con SpaceX una empresa tiene que lidiar con las otras compañías que ponen satélites, porque llevan muchos satélites. Vamos a dar un servicio más personalizado.Hace un mes, la Agencia Espacial Europea, lanzó el cohete Vega que se demoró un año por temas técnicos. Llevó unos 50 satélites, de los cuales uno fue Hypatia, de Satellogic, pero salió mucho más tarde que lo planeado y eso puede impactar en los planes de mucha empresas.

— También se parecen a SpaceX en que hacer cohetes que regresan a la Tierra…

— Etenberg: La idea es que una parte del cohete se pueda reutilizar. Más de la mitad del costo del lanzamiento se va en la primera etapa. Si se puede recuperar, se ahorra un montón de dinero, tiempo y logística. Se lo manda la fábrica de vuelta, se lo revisa para que todo esté normal y se ensambla otra vez. SpaceX anunció que ahorra unos USD 16 millones con cada cohete recuperado. Es mucho.

— ¿Cuánto les van a cobrar a los clientes para llevar sus satélites al espacio?

— Etenberg: La idea es que cueste entre USD 5.000 y 8.000 por kilo. El cohete que tenemos ahora diseñado llevaría 250 kilos

— Etenberg: Estamos en un mercado global de unos USD 12.000 millones. El crecimiento va a ser exponencial por la cantidad de compañías que están desarrollando satélites y tecnologías que van a necesitar ser lanzadas al espacio en los próximos años. Lo vamos a hacer desde la Argentina.

— ¿Quieren ser el SpaceX argentino?

— Brito: Parecidos… pero a una escala menor. Los cohetes SpaceX son muy grandes. Nosotros queremos hacer cohetes más parecidos a los de RocketLab, más chicos y “simples”. Queremos hacer vuelos frecuentes dedicados al fabricante del satélite, darle facilidades. Para lanzar con SpaceX una empresa tiene que lidiar con las otras compañías que ponen satélites, porque llevan muchos satélites. Vamos a dar un servicio más personalizado.Hace un mes, la Agencia Espacial Europea, lanzó el cohete Vega que se demoró un año por temas técnicos. Llevó unos 50 satélites, de los cuales uno fue Hypatia, de Satellogic, pero salió mucho más tarde que lo planeado y eso puede impactar en los planes de mucha empresas.

— También se parecen a SpaceX en que hacer cohetes que regresan a la Tierra…

— Etenberg: La idea es que una parte del cohete se pueda reutilizar. Más de la mitad del costo del lanzamiento se va en la primera etapa. Si se puede recuperar, se ahorra un montón de dinero, tiempo y logística. Se lo manda la fábrica de vuelta, se lo revisa para que todo esté normal y se ensambla otra vez. SpaceX anunció que ahorra unos USD 16 millones con cada cohete recuperado. Es mucho.

— ¿Cuánto les van a cobrar a los clientes para llevar sus satélites al espacio?

— Etenberg: La idea es que cueste entre USD 5.000 y 8.000 por kilo. El cohete que tenemos ahora diseñado llevaría 250 kilos