Chamamé mundial

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró al chamamé, la tradicional música y danza litoraleña como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por su trascendental aporte a la cultura en todo el continente.

El chamamé, que se convirtió de este modo en el tercer bien cultural argentino declarado patrimonio de la humanidad, luego del tango y el fileteado porteño, es una expresión que se vive, se baila y se canta; abarca la provincia de Corrientes, toda la zona del Litoral, y también tiene presencia en Paraguay, Uruguay y Brasil.

Este año la música litoraleña tuvo dos grandes pérdidas; a los 80 años fallecieron la cantora correntina Ramona Galarza, gran referente del género, y el cura y cantautor Pai Julián Zini, quien recorrió el país llevando su música y como sacerdote al frente de parroquias e iglesias.


Los referentes


Entre los creadores del género se cuentan Emilio Chamorro, Mauricio Valenzuela, Ernesto Montiel, Tránsito Cocomarola e Isaco Abitbol.

Luego, entre 1940 y 1960, aportaron lo suyo Tarragó Ros, Ramón Ayala, Mario Millán Medina, Blas Martínez Riera, Los hermanos Barrios, quienes hicieron popular al género.

En la década siguiente aparecieron Teresa Parodi, Pocho Roch, Antonio Tarragó Ros, Mario Bofill, las hermanas Vera y Rosendo y Ofelia.

Luego llegaron Los de Imaguaré, Raúl Barboza, Rudi y Nini Flores, Chango Spasiuk, entre otros, que continuaron ese camino.

Curiosamente el primer chamamé grabado, que figura en los registros, es «Corrientes poty» (1930), compuesto por Francisco Pracánico, oriundo de San Fernando, provincia de Buenos Aires e interpretado por el paraguayo Samuel Aguayo.

Vigilia y festejos


Desde la provincia de Corrientes se realizó una vigilia para seguir la sesión del Comité Intergubernamental de la Unesco, que tuvo a su cargo en París la votación para definir la propuesta del Estado argentino.

El Ministerio de Cultura de Nación, de Conaplu (Comisión Argentina de Cooperación con la Unesco), la Cancillería Argentina y el Gobierno de Corrientes trabajaban en forma conjunta para la postulación desde 2016.

Esta decisión que tomó la Unesco implica una gran difusión del chamamé a nivel mundial, la circulación de artistas y canciones y también pensar en políticas públicas a largo plazo orientadas al género desde la difusión, la producción y la educación.


El chamamé compitió en París con otras 39 expresiones culturales de otros países del mundo, como el reggae de Jamaica, el Mwinoghe, danza de júbilo de Malawi; las parrandas cubanas, las tamboradas españolas.

El Patrimonio Cultural Inmaterial o «patrimonio vivo» se refiere a las prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por las comunidades de generación en generación.

Según la Unesco, este reconocimiento mundial «proporciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad, favorece la creatividad y el bienestar social, contribuye a la gestión del entorno natural y social y genera ingresos económicos».


«El chamamé es mucho más que una música alegre que se escuchaba en bailantas. Es una manifestación cultural que no distingue clases sociales y que tiene celebración propia: la Fiesta Nacional del Chamamé y la Fiesta del Mercosur. El chamamé es la marca de identidad de una gran región de la Argentina y de muchos argentinos en diferentes lugares del país», afirmó Gabriel Romero, presidente del Instituto Provincial de Cultura de Corrientes.

Y añadió: «Es un bien heredado que está vivo y se transforma. Tiene un mensaje de amor a la tierra, respeto a la naturaleza, amor a la mujer y al hombre. Tiene un mensaje de fraternidad y de integración. Y nos une en una gran nación chamamecera con parte de Brasil, Paraguay y Uruguay. El chamamé es patrimonio vivo que nos enlaza y nos identifica».

Romero confió que la decisión de la Unesco ayudará a dar «gran difusión del chamamé a escala global» y consideró que la «vidriera» de la Fiesta Nacional del Chamamé, hace 30 años en la Ciudad de Corrientes y cuya edición 2021 en enero fue postergada por la pandemia, «ayudó a la difusión del género».